lunes, 6 de octubre de 2008

Aprovechemos Nuestro Presente


Bueno, estos días han sido un poco intensos, ayudando en la Obra del Señor y participando de la Conferencia General Semestral No. 178 de la Iglesia. Fue una experiencia muy espiritual el poder escuchar al Profeta de Dios y a las otras autoridades de la Iglesia hablarnos las cosas que quiere nuestro Padre Celestial para nosotros.
Fue un fin de semana muy elevado, en donde quizá tuve algunos inconvenientes, como que me dolía mucho la garganta y eso me desconcentraba un poco, pero todo partió el viernes.
Resulta que fui a dejar a mi hermana al paradero del bus, porque se devolvía a Tocopilla. Justo cuando estaba ahí me encontré con los Misioneros (para variar) y les propuse acompañarlos a sus citas. Como Misionero de Barrio creo que es algo que debo hacer usualmente, y aunque ellos me digan que me están explotando, no es así, pues me gusta acompañarlos.
Sin embargo al pasar las horas, y habiendo sido una tarde no muy buena, comencé a sentirme mal, porque no lograba ser de mucha utilidad a los Élderes. En las citas hablo y no me cuesta explicar el evangelio, pero al salir a la calle a hablar con las personas me cuesta demasiado y no era capaz de pronunciar una sola palabra.
Una investigadora que visitaban durante 2 meses dijo que ya no quería seguir recibiéndolos, porque había encontrado "la verdad" en otra Iglesia que una compañera de trabajo le había presentado. Ella está en su albedrío para escoger, pero de todas formas, como Santos de los Últimos Días, sabemos que esa decisión que tomó le va a pesar algún día en el juicio final. Nunca me había sentido desanimado por un rechazo, sí me daba un poco de tristeza, pero ahora fue distinto, sentí como si se tratara de mi propia investigadora y no pude evitar sentir un enorme pesar por la decisión que ella había tomado.
Élder Santos me dijo que no me preocupara, pues el que yo los acompañara y estuviera con ellos, ya significaba un gran aporte y era mucho más de lo que cualquier miembro de la Iglesia hace. Además estaba muy agradecido que yo, a 5 meses de haberme bautizado, tenga tanta disposición de ayudar en la obra misional.
Eso me hizo sentir un poco mejor, pero de todas maneras estaba muy melancólico, sobre todo pensando en que 1 de ellos, o inclusive los 2, se pueden ir del Barrio la próxima semana, eso todavía no se sabe, pero de todas maneras me tiene como loco.
Nos hemos hecho grandes amigos los 3, pero sobre todo con Élder Santos, el colombiano, que realmente es un amigo muy especial, pues compartimos muchas cosas que son de gusto común y es sorprendente, porque encontrar en alguien extranjero una persona tan parecida a uno es realmente un regalo de Dios.
Él me hizo saber que yo era un gran amigo y que siempre estaría ahí para apoyarme en lo que fuera, lo cual es mutuo. Fue una conversación que nunca había tenido de una forma tan sincera con un amigo, y ¡realmente puedo decir que es mi amigo!.
Hay que aprovechar cada momento, el presente y decirle a las personas que las quieres, porque nunca sabes cuando pueden partir. Como dijo mi querido amigo Élder Santos: "aprovechemos nuestro presente". Y así lo haré.

Por último, me siento un poco mal, las pruebas que me ha mandado mi Padre Celestial han sido muchas, y Satanás no duda en tentarme en cualquier ocasión, he sucumbido, pero quiero DE UNA VEZ POR TODAS, ser un hombre recto en todo sentido, siguiendo el ejemplo de Jesucristo.
Tenfo fe en Dios y en el Señor que me ayudará a salir adelante...

Me despido...

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